Leche de almendras casera con 2 ingredientes

Hacer leche vegetal, como es la leche de almendras casera, es mucho más simple de lo que imaginas. Las llamamos leches porque por su textura y color nos recuerdan a las leches convencionales, pero en realidad son bebidas vegetales a base de frutos secos o granos (como sería la leche de avena). 

Propongo que si deseamos seguir tomando leche en nuestro día a día, contemplemos la posibilidad de las leches vegetales, y empezar a sustituirlas poco a poco. La leche que hoy encontramos en nuestros supermercados es leche de vacas que no suelen vivir en nuestra comunidad, no sabemos de dónde viene y a qué procesos se somete. No sabemos cómo están las vacas ni qué comen. Lo digo con conocimiento de causa, ya que en casa siempre hemos tenido vacas y sé apreciar lo que es una leche de vaca de calidad.

RECETA DE LECHE DE ALMENDRAS CASERA

Se necesitan dos únicos ingredientes esenciales y luego puedes añadirle uno o dos más totalmente opcional y dependiendo de tu gusto. Y tiene un sabor muy bueno, sobre todo si lo preparas tú en casa y no se compra envasada.

En esta entrada te propongo ideas para hacer un tipo de leche vegetal: la leche de almendras casera. Esta receta dura unos 3-5 días en la nevera, pero las cantidades que propongo son para que salga 1 litro. Por eso, quizás durará menos en casa porque estará deliciosa y te la acabarás mucho antes. A la hora de guardarla, que sea en un recipiente de cristal hermético (cualquier bote de cristal reutilizado sirve perfectamente). Si ves que la leche se separa al cabo de unas horas o días, solo tendrás que removerla antes de tomarla.

Utensilios para hacer leche de almendras casera:

• una batidora de vaso (en su defecto, una batidora de mano)
• una estameña, bolsa de tela o una tela bien fina y sin tintar (algodón, lino, nilón). También podemos usar un trapo o bolsa para colar (cualquiera que tengamos en casa, todos sirven, o una bolsa adrede para hacer leches vegetales).
• un vaso para medir
• un bol para colar la leche
• una botella o bote de cristal para guardar la leche.

Ingredientes:

1. 1 vaso de almendras crudas (pueden ser peladas o no, con batirlo y luego colarlo la piel quedará fuera)
2. 4 o 5 vasos de agua (dependiendo de la cantidad que queramos y lo denso que queramos, a mí me gusta con 4)
3. Opcional: uno o dos dátiles.

Proceso de preparación de la leche de almendras casera:

1. Este paso es esencial: vamos a dejar en remojo un vaso de almendras como mínimo 6 horas (o toda la noche) en un bol con agua.
2. Cuando haya pasado este tiempo, escurriremos las almendras y las pasaremos por agua clara otra vez. Verás que están más blanditas.
3. Las pondremos dentro de la batidora con 4 o 5 vasos de agua (a nuestro gusto).
4. Si añadimos un dátil, hay que quitarle el hueso y meterlo después del agua.
5. Batiremos entre 1 y 3 minutos, dependiendo de la potencia de nuestra batidora.
6. Prepararemos un bol para verter la mezcla que saldrá de la batidora y pondremos un paño para colar la leche. Estrujaremos con las manos el trapo hasta que salga el líquido entre sus hilos y la pulpa se quede dentro. Hasta la última gota. Es un procedimiento muy parecido a ordeñar una vaca.

Consejos:

• Con la pulpa que sobra podemos realizar otras recetas. También la podríamos deshidratar y obtener harina para hacer otras preparaciones.
• Para ayudar a que se conserve podemos añadir un alga en el momento de su trituración que le dé cuerpo.
• Si tuviéramos una máquina que remueve constantemente en frío sería genial. Si no, recuerda que hay que agitar antes de beber por si se separa con las horas o días.
• Se puede endulzar con dátiles, ciruelas o sirope de agave o estevia, si tenemos.
• Se puede añadir también canela, cacao, algarroba… Todo en el proceso de batir los ingredientes o justo antes de tomarla.

Cómo tomar:

Como si fuera un vaso de leche normal, con granola dentro, con el café o la infusión, en un porridge, con chía, en un batido.

Propiedades y para qué te irá bien:

• Bajo en grasa, alto en energía, proteínas, grasas saludables y fibra. Calcio, magnesio, hierro, fósforo, potasio y zinc. Vitaminas C, B6, E…
• Pérdida de peso, huesos más fuertes, mejorar visión, corazón sano.
• Te ayuda a tener músculos fuertes, regular la presión arterial, reducir el colesterol malo, el buen funcionamiento del riñón, mantener fuerte el sistema inmune.