Consejos para comer mejor y más saludable
Hola!
Hoy os quiero enseñar tres consejos que me han ayudado mejorar mis hábitos y a coger más conciencia a la hora de alimentarme y llevar un estilo de vida más saludable. Mejorar hábitos es fácil si ponemos en práctica alguno de estos consejos. Desde que lo practico la comida me sienta mucho mejor y soy mucho más consciente de lo que nutre mi cuerpo y me da energía.
EL INGREDIENTE MÁS IMPORTANTE
En este tiempo todavía no había hablado del ingrediente más importante que usaremos en todos nuestros platos. Es un producto que no se compra en supermercados, mercados ni en tiendas ecológicas. Tampoco está en los huertos ni en las granjas. No es un ultraprocesado. Es un ingrediente que creamos nosotros mismos y con el que tenemos que cocinar cada comida: el amor. Es la fuerza más poderosa del universo y sin ella no existiríamos.
Puede parecer un tópico pero si de verdad queremos generar amor propio, mimarnos, nutrirnos, respetarnos y generar salud en nuestro cuerpo, es importante que nunca falte este ingrediente.
El estudio sobre el agua de Masaru Emoto afirma que “el pensamiento humano, las palabras, la falta de armonía afectar a la estructura molecular del agua”. Si nosotros somos un 70% agua, ¿qué no harán las palabras feas y el odio en nosotros mismos?
Como creadores de energía que somos, tenemos que escoger qué es lo que le queremos transmitir a nuestras comidas: amor, respeto y agradecimiento. Solo así mejorará el hábito y nuestra relación con la comida.
COMER TRANQUILAMENTE
A la hora de comer, vamos a guiarnos a partir de ahora en lo que queremos comer.
El acto de comer, cuando hay hambre, debería ser sagrado y no debería estar regido por horas, horarios, rutinas y prisas. Hay que comer cuando uno tiene hambre y hacerlo de la forma más tranquila y natural posible. Tenemos que saber, y repetirnos interiormente, que la comida no nos domina a nosotros sino que nosotros vamos a comer porque queremos, porque lo necesitamos y seremos muy conscientes de ello. Es por ello que no me gustan las rutinas preestablecidas de horarios y obligaciones de hacer 5 comidas al día. Tampoco las frases como «yo sin mi café no soy persona». La realidad es que eres persona desde que naciste y tomar o no tomar un tipo de alimento no te tiene que condicionar tu día.
Te propongo que inicies el día bebiendo un vaso de agua, y si quieres con un toque de gotitas de limón, y que aproveches la absorción de esta agua para hacer yoga, moverte un poco, vestirte y asearte. Pasado un rato de despertarse y después de beber agua, decide si tienes hambre para desayunar y qué quieres o necesitas. Igual que no te das una ducha de agua fría por la mañana como rutina diaria, no bebas agua fría. El cuerpo sigue caliente después de dormir lo que le ha correspondido y lo podemos poner en alerta.
El café no es ni malo ni bueno para el cuerpo. Esto depende de la adicción psicológica que tengamos hacia él. Tiene antioxidantes muy importantes, pero es un estimulante con 0 energía. Comer comida real para desayunar también nos estimulará y aportará la energía (mucha más y más real) que nos aporta un café. Si no se tiene hambre para comer, no hay que hacerlo. Pero no por ello se tiene que sustituir siempre un desayuno por un café estimulante.
COMER COLORES
Los colores de los alimentos revelan la presencia en ellos de componentes que contribuyen a nuestra salud: nutrientes, vitaminas, minerales y antioxidantes. La digestión empieza por la vista, el olfato y los pensamientos. Un desayuno colorido, así como los platos de comida coloridos, son clave para llevar una dieta equilibrada de forma intuitiva.
Los colores presentes en verduras y frutas no solo nos nutren físicamente, sino que también tienen un efecto en nuestra mente. La cromoterapia es una terapia que cree en el poder curativo de los colores presentes en los ambientes, chackras y en la comida.