Consejos para la alimentación Macrobiótica
Llega otoño y, a nivel energético, es la estación del cambio y de la adecuación al frío. Así explica la Macrobiótica el otoño: En los árboles, las hojas cambian su color y se caen. Nosotros aprovechamos para cambiar el cabello. Las hormigas, y otros animales, se esconden y recogen para pasar el invierno lo más protegidos posible. Todos nos transformamos en otoño. La naturaleza cambia y, con ella, todos empezamos a recogernos de la energía expansiva del verano.
Qué es la alimentación Macrobiótica
La dieta Macrobiótica es un estilo de alimentación que tiene como base el uso de las energías (Yin y Yang) para usar unos alimentos u otros. Sus principios no están avalados al cien por cien por la ciencia y por los últimos estudios científicos, pero sí que sus indicaciones tienen una proyección equilibrada de la alimentación, poniendo de manifiesto la necesidad de consumir un alto porcentaje de fruta, verdura, legumbres, cereales integrales y proteína de máxima calidad.
La alimentación Macrobiótica tiene como objetivo adaptar la alimentación a cada cuerpo y a cada estación del año. La finalidad final es encaminar la alimentación hacia una mejora de la salud de las personas y como una forma de prolongar la vida.
Con el otoño, recomiendan poco a poco iniciar una transición hacia energías que nos ayuden a interiorizar, calentar, centrar y relajar. De esta forma, se recomienda suprimir paulatinamente bebidas y comidas frías, reducir la cantidad diaria de fruta fresca y líquido. Para esta corriente de alimentación, el otoño es la etapa ideal para reforzar nuestro sistema inmunitario y equilibrarlo de todos los excesos del verano.
Beneficios de la dieta Macrobiótica
- Está centrada en aportar la energía correcta al cuerpo en todo momento. Eso se traduce en una sensación energética adecuada, con buenas digestiones y con un alto grado de saciedad.
- Al estar enfocada en alimentos integrales y ricos en fibra, ayuda a ir con mayor regularidad al baño
- Solo recomienda alimentos de temporada, por lo que esto supone un ahorro para el bolsillo a la hora de ir a hacer la compra.
- Está estructurada por estaciones y esto puede ayudar a tener una mayor claridad mental a la hora de organizarnos y a reducir el estrés del día a día.
- Se parece mucho a la dieta Mediterránea, ya que se basa en alimentos de temporada, cereales en grano, verduras y legumbres. Así, los beneficios son muy parecidos: pérdida de peso, regulación de azúcar en sangre, reducción del colesterol y protección contra cardiopatías.
Qué hacer en otoño según la Macrobiótica
- Comer alimentos cocinados a fuego lento, al vapor, con más tiempo y a presión.
- Aumentar el consumo de cereales, como por ejemplo el arroz de grano corto, mijo, avena, trigo sarraceno, quinoa, pastas integrales…
- Introducir en los platos alimentos de sabor dulce como castañas, azukis, avena, calabaza, manzana y boniato.
- Empezar a tomar sopas cremosas, hechas a partir de verduras redondas
- Incluir algas en las cocciones, cremas, purés, sopas…
- Iniciar los estofados de legumbres
- Usar condimentos salados (miso, umeboshi, soja)
- Comprar y consumir verduras de temporada como la cebolla, la calabaza, zanahoria, boniato, col, coliflor…
- Introducir sabores dulces, aprovechando los alimentos dulces naturales.
- Hacer compotas y mermeladas de frutas de temporada, y endulzarlas con pasas, manzanas, albaricoques secos, orejones; así como utilizar kuzu o agar-agar para espesarlas.
Durante el otoño, es importante que nos nutramos al máximo de alimentos naturales y que llevemos un estilo de vida saludable. Es buena idea retomar el ejercicio y la actividad física diaria, consumir alimentos de proximidad, usar utensilios de cocina sostenibles y responsables con el medio ambiente (maderas, botes de cristal, fiambreras, botellas rellenables, papel vegetal en lugar de film) y reciclar de forma adecuada, reutilizando y sin desperdiciar comida, siempre que sea posible.